Seleccione una marca de aceite que cumpla esta homologación significa que reúne las propiedades y requisitos que el fabricante de nuestro coche estima necesarios para el buen funcionamiento del mismo. Esta homologación suele tener códigos como MB 229.1 o MB 229.51 para Mercedes-Benz, VW 507.00 o VW 504.00 para el grupo Volkswagen o LL-01 y LL-04 para BMW. Estas homologaciones van siendo más exigentes a medida que evoluciona la tecnología de nuestros motores, y no solo por aparecer el nombre de tu marca significa que es compatible con tu coche. Por lo general homologaciones posteriores son compatibles con las ya existentes, por ejemplo, puedes usar un LL-04 en un LL-01, pero no al revés. Lo mejor de todo para no tener duda es que compruebes que en la etiqueta de la parte de atrás de la garrafa de aceite aparece la misma homologación que en el manual de tu coche.
Una vez establecido el filtro de las homologaciones ya hemos descartado varios tipos de aceites, pero aún así podemos dudar entre qué viscosidad elegir, la cual dependerá, entre otros factores, de la climatología de donde nos movamos, tipo de propulsor y uso del mismo. El primer número (xW, con W de winter) nos indica la viscosidad en frío, la que tendría en el momento de arrancar el motor, y el segundo en caliente, a temperatura de funcionamiento. Así, cuanto menor sea el primer número mayor será la fluidez del aceite a baja temperatura, y cuanto mayor el segundo, mayor su viscosidad a alta temperatura.
Aceite mineral, semi-sintético y sintético. Todo aceite está compuesto por una base lubricante y por unos aditivos (antioxidantes, antidesgaste, detergentes…) de forma que esa base puede provenir directamente de un proceso de destilación del petróleo, caso de los aceites minerales, o ser creada en laboratorio, dando lugar a una composición química más estructurada y con mejores propiedades (aceite sintético). Sin embargo, es posible usar una base con mezcla de ambas, la cual recibe el nombre de aceite semi-sintético, y es en este punto donde debes estar atento si no quieres que te den gato por liebre, y comprobar en la etiqueta del embase que aparece “Fully Synthetic” o “100% sintético”, y no expresiones como “tecnología sintética”. Los aceites sintéticos, a pesar de ser más caros y contar con mejores propiedades, no son adecuados para coches muy antiguos (anteriores a 1995), puesto que esos motores necesitan de las propiedades de los minerales para trabajar correctamente.
Además de las normas de homologación de los distintos fabricantes que comentábamos al inicio de este artículo, también hay una serie de ellas propuestas por la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (Normas ACEA) y por el Americam Petroleum Institute (Normas API).
• Normas ACEA. Se distinguen tres grupos, el “A” para motores de gasolina, el “B” para diésel ligeros y la “C” para motores con catalizadores y sistemas de tratado de gases de escape, tanto en diésel como en gasolina. Básicamente los A y B son previos a la Euro 4, y el C pos-Euro 4. Así, esta norma se expresa de la forma ACEA AX/BX o ACEA CX, donde la A,B o C se refiere al grupo al que pertenece y el número a las características de servicio y mantenimiento.
• Normas API. Indican la calidad del aceite, distinguiendo entre los motores gasolina (S) y los diésel (C), acompañando a esta letra una segunda que es el índice de calidad, siendo mejor cuanto más avanzada esté esta letra en el abecedario. Por ejemplo, un aceite para gasolina API SM es mejor que uno API SJ, al igual que un API CJ-4 para diésel es mejor que un API CH-4.
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